Muchas personas no son conscientes de que la actividad profesional que desarrollan no es evidente. Todos tenemos una profesión, categoría laboral o estudios con los cuales nos identifican, pero en muy raras ocasiones ese título ejemplifica qué es lo que tenemos que hacer. Por ejemplo, si eres comercial parece evidente que lo que tienes que hacer es vender. Pero, ¿qué es vender?. ¿Cuando sabes que has “vendido”?. ¿Qué tienes que hacer para vender?. No siempre es evidente. Hay profesiones en las que el trabajo es evidente en términos del qué y el cómo. Pero otras no. Si estás leyendo esto es muy posible que estés en el segundo caso.
Las profesiones en las cuales el trabajo es evidente suelen estar ligadas a actividades tradicionales muy cercanas a la producción industrial. En España la descapitalización industrial desde los años 80 ha sido progresiva por lo que este tipo de trabajos tiene cada vez menor masa crítica, con las consecuencias que ello tiene en términos de exportación. Como contrapeso, la propia evolución social y tecnológica ha llevado a una transición hacia el sector servicios o sector terciario, donde buena parte de la actividad ya no es tan evidente como en lo industrial.
Si tu trabajo reúne algunas de las siguientes características, puedes y debes considerarte profesional del conocimiento:
- Tu trabajo no es evidente. Esto quiere decir que tienes que pensar para saber qué tienes que hacer y cómo conseguir tus resultados y objetivos.
- Tu trabajo no es predecible. ¿Sabes que es lo que vas a estar haciendo, si o si, mañana a las 12.46 AM en tu jornada laboral?. Si la respuesta no es un SI rotundo y además lo puedes describir en términos de acción física, entonces tu trabajo no es predecible.
- Tienes más trabajo que tiempo. ¿Sabes exactamente el tiempo que vas a dedicar al trabajo que tienes que hacer hoy?. ¿Te vas a casa sabiendo que has hecho todo tu trabajo?. ¿Te quedan cosas por hacer?.
- ¿En ocasiones, o siempre, te llevas trabajo a casa, o cosas de casa al trabajo, y afecta a tu rendimiento?. Generalmente en forma de problemas, preocupaciones, ….
Si te identificas con alguna de las situaciones anteriores, da igual la actividad en el que trabajes, los jefes que tengas o los clientes que gestiones: eres un profesional del conocimiento.
“Si quieres algo nuevo, tienes que dejar de hacer algo viejo”. Peter Drucker
Como profesional del conocimiento, tendrás unas necesidades muy diferentes a las de un trabajador tradicional:
- Necesitas definir tu trabajo: saber qué tienes que hacer, para qué tienes que hacerlo y cómo tienes que hacerlo. Nadie lo va a hacer por ti, y si crees que eso depende de tu empresa o tu jefe tienes un problema. Definir tu trabajo es parte de tu trabajo.
- Dependes de tu autonomía para dar lo mejor de ti, en lo profesional y en lo personal. Es muy posible que seas completamente autónomo en las decisiones que debas tomar, pero se lo más eficiente posible en el porcentaje en el que lo seas.
- Necesitas saber todo lo que tienes que hacer para poder elegir que es lo que vas a dejar sin hacer. Se trata de hacer mejor y no necesariamente más.
- Para poder elegir de manera eficiente tienes que tener muy claro cuales son tus responsabilidades y los objetivos que has de alcanzar. Se trata de sustituir la urgencia por la perspectiva.
- Tienes que gestionar conjuntamente tus aspectos profesionales y personales, ya que lo uno afecta a lo otro y viceversa.
Desgraciadamente, existen pocas iniciativas a nivel educacional o laboral que pongan de manifiesto la existencia de esta nueva realidad. No me cabe duda de que el tiempo y las evidencias cambiarán eso. Al igual que nos han enseñado a pensar y hacer para una forma de trabajar qué cada vez será más minoritaria en términos de competitividad, creo que se impondrá un nuevo modelo educativo y competencial hacia las ya necesidades de nuestra realidad. Pero mientras que eso llega, tú ya puedes hacer cosas para prepararte porque, aunque aún no lo sepas, ya eres profesional del conocimiento.